Todo en este mundo tiene vida y por lo tanto cara. Si no me creéis lo único que tenéis que hacer es ver las imágenes que os pongo a continuación para ver que los objetos que creemos inanimados también tienen sentimientos:
Las bombillas de lo que parece un avión están sorprendidas de ver a la gente.
Las plantas y sus hojas son seres independientes y tienen sus propias opiniones.
Las máquinas de tortura están felices de su cometido.
Este telefonillo/buzón es serio y siempre cumple sus obligaciones.
las sillas como vemos se descojonan de nosotros a nuestras espaldas.
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